LAS PALABRAS INVENTADAS DE 2º ESO A
Partiendo de la idea tan ingeniosa de mi compañera de profesión, Alba Machado, a la que espero conocer muy pronto, nos hemos adentrado en el mundo de la morfología realizando la actividad que ella ha planteado con su alumnado. Ella propone jugar a inventar palabras, tal y como plantea Luis Piedra Hita.
El ejercicio consiste en inventar aquellas palabras que creemos que hacen falta en el español para representar ideas que pensamos o que intentamos verbalizar en nuestro día a día. Para ello utilizamos raíces latinas o griegas o prefijos o sufijos también grecolatinos y se lo añadimos a raíces habituales en nuestra lengua.
Este tema se volvió mucho más interesante así porque es algo que siempre suele costar mucho interiorizar a los alumnos de secundaria, pero así lo entendieron todo mucho mejor: me refiero a los procesos de derivación, composición o parasíntesis.
Algunos de los resultados que mi alumnado de 2º ESO A creen que sería necesario incorporar al Diccionario de la Real Academia Española son los siguientes:
Para Blanca Quintero, la palabra compuesta chocofilia: que te encanta el chocolate, debería ser imprescindible.
Para Aitor Fossi las palabras que deberían existir son: otakufobia, que es una palabra compuesta y tiene que ver con el miedo a los otakus, que son aquellas personas muy aficionadas a mangas o al anime.
También incluye la palabra compuesta playfilia, que es el amor por la play.
Tomás Rusillo piensa que la acción compuesta corriandar es algo muy habitual en nuestro vocabulario y que consiste en andar a mucha velocidad.
También opina que una palabra que refleja muy bien la realidad actual es la palabra derivada emojitura, que consiste en escribir utilizando casi únicamente emojiconos.
Pedro Page, sin embargo, le gustaría poder referirse sin preocupación a la palabra compuesta chococaca para poder manifestar el odio que siente por el chocolate.
Diego Torres utilizaría la palabra compuesta inglesfobia para mencionar la sensación de miedo cada vez que debe aprender inglés, o algo más placentero como es la croquefilia, un amor por las croquetas que debemos experimentar casi cualquier humano de nuestro planeta.
Benjamín Videla no acepta que existan personas con poca cultura como para criticar el anime, y por eso se refiere a ellos como animefobia.
Valeria siente perecalle cada vez que se encuentra en pijama en casa y a gustito y tiene que salir a hacer un recado, y le gustaría poder utilizar esta palabra compuesta sin problema.
Por otro lado, considera algo habitual el sentir mamitis, es decir, no poder vivir sin su madre.
Para Tomás Madrid, debería poder hablarse de picomida cuando sentimos ardor en la lengua después de ir a un mexicano.
Paola tiene temor a que se le rompa algo muy importante para ella, y por eso le gustaría poder expresarlo con la palabra compuesta rompefobia.
Amelia se siente realmente incómoda en lugares donde se respira tensión entre distintas personas, y dice que es un ambiente tensionante.
Para Quique, un concepto necesario de verbalizar es la creepyfobia, es decir, el tenerle miedo a las creepypastas. ¿Y esto qué es? Son historias cortas de terror recogidas y compartidas a través de Internet, como en foros, blogs o videos de YouTube, con la intención de asustar o inquietar al lector.
Lucas siente Maleev cada vez que sus padres le ponen lentejas para comer estando a 40 grados en verano.
Para Leandro no es raro encontrar en un lugar extranjero a un wifidor, es decir, una persona en búsqueda de una red wifi abierta por la que conectarse.
Elisabeth siente que debería existir el sustantivo negrofilia para referirse a todos los amantes del color negro.
Sara siente colorfilia o adicción al color.
Ahora sí que os muestro un vídeo de ese trabajo creado por los alumnos de 2º ESO A sobre sus nuevas palabras que integrar al español.
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