LA IMPORTANCIA DE LAS REFUTACIONES EN EL DEBATE (1ª PARTE)

 


1ª REFUTACIÓN (4 minutos):

- Iniciar con una Cita o sentencia adecuada al tema. 

- Crítica a los argumentos del equipo contrario (1 min.) 

- Desarrollo de nuestros primeros argumentos (2 min.) 

- Responder una o dos preguntas del equipo contrario. 

- Conclusión (repaso de lo dicho y anunciar qué dirá el siguiente).

Ahora os voy a poner una serie de recomendaciones extraídas del libro Debatir bien, una asignatura pendiente, que son fundamentales para preparar cualquier debate. 

ERRORES CLÁSICOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE ARGUMENTOS. ESTRATEGIAS AVANZADAS PARA COMBATIRLOS

En el método AREI para explicar argumentos de forma persuasiva-, hay tres errores que suelen cometerse (alguno de ellos ya mencionado) y sobre los que debemos detenernos:

a) Superficialidad en la explicación

El primero de los errores que suele cometerse es la superficialidad en el análisis. Es decir, conformarse en la explicación de los argumentos con la lógica más superficial de la idea, sin justificar cada una de las piezas de lógica intermedias y que dotan de profundidad al argumento.

Se aprecia perfectamente en el argumento que hemos ido comentando.

En este había tres ideas:

  • El ser humano funciona por incentivos.
  • La pena de muerte es la mayor de las amenazas.
  • Ergo, su implantación provoca un efecto disuasorio sobre aquellos que son capaces de cometer crímenes atroces.

Sin embargo, especialmente los puntos 1 y 2 han sido desarrollados de forma muy superficial.

¿Por qué es cierto que el ser humano funcione por incentivos? ¿Por qué es cierto que la pena de muerte es la mayor de las amenazas? ¿No es peor una vida de encierro en una prisión? Así, aunque todas ellas son afirmaciones que se contenían en el argumento y parecían razonables, estaban huérfanas de razonamiento en partes importantes y, por ende, empeoraban la credibilidad del argumento.

Una estrategia útil para dotar de mayor profundidad a los argumentos es la técnica de “separar los argumentos por piezas y justificar analíticamente cada una de ellas”.

Es decir, todo argumento puede ser dividido en diferentes “pasos” o piezas argumentativas, que van construyendo la conclusión final. Para dotar de profundidad a la explicación, es útil que conozcas cuáles son esos pasos o bloques y qué razones exhaustivamente sobre la veracidad de cada uno de ellos, no dejando que sean meras afirmaciones, sino líneas lógicas sustentadas en razones que hacen creíbles cada uno de esos pasos.

En nuestro ejemplo, implicaría explicar justificadamente las afirmaciones que he mencionado: por qué es cierto que el ser humano responde a incentivos (y particularmente, por qué es cierto que lo hacen las personas capaces de cometer crímenes) y por qué es cierto que la privación de la vida es la mayor disuasión que puede hacerse sobre un ser humano.

b) Premisas que se dan por sentadas, pero no se justifican (afirmaciones gratuitas)

Deben evitarse a la hora de argumentar las afirmaciones gratuitas. Esto es, las aserciones no justificadas que se asumen como ciertas a la hora de explicarlas, pero de las que se carece de razonamiento o prueba alguna para sustentarlas.

Por ejemplo, en la pregunta “¿Son buenos para la sociedad los reality-shows?”, si el argumento del equipo a favor es que sí porque “son un entretenimiento para la sociedad”, una afirmación gratuita sería: “Todo entretenimiento es positivo. Y como ciertamente los reality-shows entretienen, y hacen que la sociedad sea más feliz, entonces es positivo”. ¿Por qué es cierto eso? ¿Es cierto que todos los entretenimientos son positivos? Claramente, nos encontramos ante una afirmación sin justificar.

Para evitar que algo así suceda podemos usar dos estrategias:

  • Ponerse en la posición de un observador neutral y preguntarse por qué ciertas afirmaciones son como decimos que son

Cuando desarrolles un argumento, es útil que te preguntes lo siguiente: ¿Si yo fuera un observador neutral -sin interés a priori en posicionarme a favor o en contra de la cuestión debatida- me creería la afirmación que acabo de realizar?

Si la respuesta es que sí, dicha afirmación o nexo explicativo, estará suficientemente justificado. Sin embargo, si la respuesta es no, es útil que te hagas a ti mismo -y respondas- la pregunta de: ¿Por qué sé que esto es cierto?

En nuestro argumento sobre la pena de muerte, por ejemplo: “Es común y globalmente aceptado que los seres humanos funcionamos por incentivos...”.

¿Y por qué? Pues por dos buenas razones:

  • La primera, que existe en todos nosotros un deseo de que nuestra vida vaya lo mejor posible, y sistemáticamente entre opciones que nos hacen daño y opciones que nos benefician, preferimos estas últimas, en tanto que nos hacen más felices.
  • La segunda, que nos gusta -porque nos reporta satisfacción y orgullo personal- cumplir objetivos. Por ello, cuando se asocia un incentivo al cumplimiento de un objetivo, lo perseguimos con más ahínco, en tanto que nos gusta saber que somos capaces de alcanzarlo.

El argumento no deja de ser el mismo, pero ahora está más fundamentado y es más profundo.

  • La técnica de la llave

Como en el punto anterior, cuando repases tus notas y detectes que hay una afirmación que se encuentra infraanalizada (su justificación podría ser mayor, y eso la dotaría de mayor credibilidad), abre a su lado una “llave” y busca dos o tres justificaciones que la expliquen con detalle.

  • El estado tiene el deber de proteger a sus ciudadanos:

  • Porque es a lo que se ha comprometido con estos.

  • Porque es la retribución que les debe como consecuencia de la cesión de libertad que estos hacen en su favor.

  • Porque es lo que garantiza la paz y convivencia social.

  • Porque es lo que mantiene su legitimidad.


c) Poco impacto y comparabilidad

Por último, un error de extraordinaria frecuencia a la hora de argumentar es dedicar mucho tiempo a por qué un argumento es cierto, pero poco a explicar a tus jueces por qué es importante y, muy en particular, por qué es más importante que el resto de los argumentos que se han explicado en el debate.

Tal circunstancia es especialmente problemática si recuerdas la fórmula de antes: P(ersuasión) de un argumento = (v)eracidad x (i)mpacto. Si consigues probar la primera de las dos variables pero tu explicación sobre la importancia relativa de tu argumento es muy baja, el peso global de este será, también, muy bajo.

Para evitarlo, además de seguir el método AREI hay que anotar al final de tu argumento las razones concretas por las que consideras no solo que este es importante (en abstracto), sino por qué es especialmente relevante para el juicio del debate o para la pregunta en cuestión.

En conjunto, el argumento que hemos desarrollado quedaría así:

  • La pena de muerte tiene un efecto disuasorio sobre los criminales.
  • El ser humano funciona por incentivos (1) porque le gusta autopreservarse eligiendo opciones vitales que le favorecen y 2) porque le gusta cumplir objetivos.
  • La disuasión que causa la pena de muerte es la más elevada posible (1) porque amenaza con privar de lo más valioso para una persona, y 2) porque existe una generalizada aversión en la sociedad al concepto de fallecer y del fin de los días.
  • En consecuencia, la aplicación de la pena de muerte reduce el número de crímenes (mostrar evidencia)
  • Ello es especialmente importante porque permite al Estado atender su obligación de proteger a sus ciudadanos de los crímenes más atroces [obligación que proviene de 1) el contrato social; 2) el sustento de su legitimidad, y 3) el compromiso adquirido]. Y atender a esa obligación es más importante que atender al posible derecho individual de los criminales por la sencilla razón de que afecta a un número mucho más elevado de personas: aquellas que quedan protegidas por la disuasión.

La clave reside, en definitiva, en que cuando termines de explicar tus argumentos, estos deben estar completamente justificados y acreditados para que cualquier persona, estuviese a priori de tu lado o no, quede convencida de que son ciertos y son los más importantes para decidir la cuestión.

Herramienta 2: refutar

Refutar es intentar cuestionar -con diversas estrategias, como enseguida veremos-la validez de la argumentación que expone el equipo contrario.

a) Refutación frente a contraargumentación (o refutación directa contra refutación indirecta)

Pese a que tienen el mismo objetivo -desacreditar la validez de un argumento concreto- y ambas estrategias son útiles, no es lo mismo refutar que contraargumentar. Refutar es atacar el argumento expuesto de adverso (diciendo que no es cierto, o que no está probado, o que no es importante). Contraargumentar es desarrollar un argumento alternativo al propuesto por el equipo contrario, pero que es excluyente con este y, por lo tanto, al explicarlo se está minando aquel.

Por ejemplo: si alguien dice que un cuadrado es un círculo:

  • Una refutación (directa) sería sostener que no puede ser un círculo, porque los círculos no tienen esquinas y esta figura tiene cuatro esquinas. En consecuencia, es erróneo afirmar que es un círculo.
  • Contraargumentar (o refutación indirecta) sería demostrar que esa figura es un cuadrado. Por definición, como una figura no puede ser -a la vez- un círculo y un cuadrado, el hecho de demostrar que es un cuadrado, aunque no sea una refutación directa a la afirmación que se hizo, excluye la posibilidad de que sea cierta.

Ambas estrategias son útiles para confrontar los argumentos del contrario y son compatibles, pero hay que tener en cuenta lo siguiente:

  • Si la refutación (directa) que se va a hacer a un argumento del equipo contrario está ya integrada en la explicación de tu propio argumento (y, por tanto, refuta este indirectamente), es preferible que no hagas la primera de ellas (la directa), pues vaciarás de contenido la segunda (la indirecta); o peor: acabarás repitiendo la explicación de tus argumentos algo que ya explicaste al hilo de refutar los del contrario.

En consecuencia, espera a llegar a la explicación de tu argumento, y aprovecha ahí toda la explicación para combatir la postura contraria. Estarás refutando implícitamente el argumento del contrario.

  • Si vas a hacer una contraargumentación (vas a explicar tu argumento y sabes que ello refuta indirectamente un argumento del equipo contrario), es importante que llames la atención de los jueces sobre ello cuando lo hayas hecho, para facilitar su labor. Es decir, cuando acabes la explicación de tu argumento, puedes añadir una frase que les indique esa explicación ha refutado el argumento X del equipo contrario.

Refutación completa frente a refutación mitigatoria

Hay que distinguir entre refutaciones que desmontan por completo un argumento de aquellas que exclusivamente reducen su relevancia para el debate. La mitigación no debe ir nunca sola, porque si no el argumento del adversario se mantiene.



  1. TÉCNICA PARA REFUTAR: MÉTODO ICE

Al igual que sucedía con el método AREI, el método ICE: (i)dentificar, (c)riticar y (e)xplicar, te permitirá tener una estructura de refutación más organizada y persuasiva.

Identificar

Identificar de manera concreta y breve aquello que se va a refutar. Ello permitirá que tus jueces se orienten en tu discurso, les harás más sencilla su labor, y será más fácil que sigan la refutación y le otorguen crédito. La identificación sería algo así:

En primer lugar, se ha dicho en el equipo contrario que la pena de muerte tiene un efecto disuasorio en tanto que los seres humanos funcionan por incentivos, y se verán desalentados ante una amenaza como es la pena de muerte.

Pues bien, en nuestro equipo no estamos de acuerdo con esa concreta afirmación -que toda la gente funcione por incentivos y, por ende, vaya a ser disuadida-. Veamos por qué...

Criticar

Es la parte en la que expones por qué consideras que el argumento expuesto del adverso no es correcto o adecuado para responder a la pregunta de debate.

Al final, criticar un argumento no es un proceso muy diferente al de evaluar cuán bien construido está este -¿hay afirmaciones gratuitas?, ¿las premisas están bien justificadas?, ¿las evidencias son sólidas?- y explicar, en su caso, qué características hacen al argumento menos persuasivo.

  • La crítica debe ser profunda, analítica y razonada para ser verosímil y poder superar al argumento.
  • Consecuencia de lo anterior es que los principales errores que se cometen a la hora de criticar argumentos son los mismos que hemos analizado en el apartado de argumentación: afirmaciones y supuestos no demostrados, infraanalizados o superficiales. Así que las técnicas son las mismas que las mencionadas antes.

La crítica al argumento de la disuasión podría ser:

Y no estamos de acuerdo con que todos los seres humanos funcionen por incentivos, ni que por ende les vaya a disuadir la pena de muerte; porque creemos que precisamente aquellas personas que son capaces de cometer delitos tan graves como un homicidio o asesinato no siguen un proceso racional de decisión.

En otras palabras: la lógica en la que se predica el argumento del equipo contrario puede funcionar para la gran mayoría de la gente, pero no para aquellos que son capaces de cometer los atroces crímenes que son castigados con pena de muerte.

Ello es fácil de comprender con algunos ejemplos: el terrorista que es capaz de cometer un atentado, incluso sacrificando su propia vida con ello, no piensa en las consecuencias que traerá para sí mismo el acto. O la persona que -por tener algún tipo de trastorno- es capaz de realizar un acto atro que ninguna persona con empatía podría cometer; obviamente tampoco se detiene a pensar “cuál es la consecuencia jurídico-penal de mis actos”.

Prueba de ello es que la mayoría de los estudios empíricos relevantes en la cuestión -como, por ejemplo, los realizados anualmente por el Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC)- revelan claramente la ausencia de conexión entre la presencia y ausencia del número de crímenes en un país y la tasa de asesinatos.

Explicar

Por último, la explicación es el paso en el que explicas a tu audiencia -jueces- por qué la crítica que has realizado es suficiente como para sobreponerse al argumento expuesto de adverso. En nuestro caso:

Por todo lo anterior, la conclusión que se alcanza en el primer argumento expuesto por el equipo a favor, sencillamente, no es correcta. La pena de muerte puede que disuada a la gente en general, pero no a aquellos que cometen los actos atroces que se pretenden prevenir y, por ende, es completamente ineficaz en su propósito.



Espero que con estas nociones básicas resumidas y extraídas del libro escrito por tres ganadores mundiales de torneo de debate académico, estéis preparando unas buenas líneas argumentales para el Torneo de Debate que se avecina y cuya pregunta que se nos plantea este año es: 

“¿Debería ser obligatoria por ley la vacunación contra el Covid-19 de todos los trabajadores presenciales para poder seguir en sus puestos de trabajo?”







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